sábado, 25 de abril de 2009

Sumo


Una de las cosas que me gusta de Japón es el contraste entre modernidad y tradición. En este país el pasado, el presente y el futuro viven en el mismo sitio.

Una de las tradiciones más antigua es el sumo, deporte nacional con más de 1500 años de antigüedad. Su orígenes fueron religiosos ya que los primeros encuentros eran rituales dedicados a los dioses. El sumo antiguo era una burda mezcla de elementos de boxeo y lucha, posteriormente bajo las reglas de la corte imperial se desarrollaron técnicas similares a lo que vemos en la actualidad. (Esta información la saqué del librito que te entregan al entrar al gimansio con la historia, las reglas, los rankins, ceremonias, etc.)

Ir a un dohyo y vivir la experiencia es algo que vale la pena vivir al menos una vez. La lucha en si no dura más que unos cuantos minutos, algunas veces incluso segundos pero pueden llegar a se muy emocionantes. Lo más impresionante de ver son los múltiples rituales que llevan a cabo antes de comenzar la lucha y la solemnidad con la que los realizan. Las posturas y movimientos, el arrojar sal, el agua, todo junto es lo que hace bella la experiencia. Otra cosa que es impresionante es la flexibilidad que tienen los luchadores. La mayoría de nosotros podemos pensar que el peso dificulta el moverse pero es admirable la rapidez de sus brazos y la altura hasta la cuál pueden levantar las piernas. Definitivamente una experiencia irrepetible.

1 comentario:

Ricardo Sosa dijo...

La foto está buenísima!